Julio Álvarez Cerón (1889-1968)
Julio Álvarez Cerón |
Julio Álvarez Cerón nació en San Fernando, Cádiz, en 1889.
Tras superar las pruebas de acceso a la Academia militar de Artillería, con sede en Segovia, el 8 de junio de 1906, ingresaba como alumno en la misma, finalizando la carrera en junio de 1912 con el grado de teniente. Fue destinado entonces a la Comandancia de Tenerife donde permaneció hasta su ascenso a capitán, tras el cual fue destinado, el 17 de diciembre de 1917, a Pamplona.
En febrero de 1918 es destinado al 14º Regimiento montado de artillería con sede en Valladolid. En noviembre de ese año se incorpora al mando de una batería del 15º Regimiento que había sido creado nueve meses antes, con sede en Pontevedra.
Durante aquellos años, siendo capitán de esta unidad, además de las obligaciones propias de su profesión, se dedicó al estudio de la radio, constituyendo además, con dos amigos y compañeros de destino, Antonio Cordón García y Antonio Caruncho Astray, un negocio en torno a la misma consistente en la venta de receptores de fabricación francesa de la marca Vitus del cual obtuvo la representación exclusiva para Galicia, Asturias y León a nombre de su sociedad Las tres Ces en octubre de 1924.
El capitan Antonino Caruncho Astray gozaba de una posición muy holgada, por lo que facilitó la obtención de financiación para el negocio.
El tercero del grupo era el también capitán, Antonio Cordón García, colaborador de los periódicos El Pueblo Gallego y Diario de Pontevedra, en los que escribió algunos artículos bajo el seudónimo Lérez que se incluían como parte integrante de unas secciones que él titulaba Dándole a la lira y Columpio ciudadano. Estos se publicaron entre septiembre de 1924 y enero de 1925. Cordón falleció en 1969 sin ver publicadas sus memorias, en las que narra, entre otros episodios, los que vivió en Pontevedra cuando formaba parte de la oficialidad del 15º Regimiento de Artillería, de guarnición en la ciudad. El siguiente fragmento corresponde a dichas memorias:
Antonio Cordón García |
"Entre los oficiales de izquierda del pequeño grupo antidictatorial del regimiento figuraban dos capitanes con los que me unía una amistad muy estrecha; Julio Álvarez Cerón y Antonino Caruncho [Astray], nieto éste último del fabricante de los célebres cigarros habanos que llevaban por marca su apellido [“La Intimidad de Antonino Caruncho. Habana”]. Los tres amigos éramos de sentimientos republicanos, aunque no nos habíamos afiliado hasta entonces en ningún partido [Finales de octubre de 1924]. Digamos que éramos republicanos en embrión. Hacíamos los tres algo que chocaba a la mayoría de los oficiales: leíamos “El Sol”, “El Liberal” y “EI Heraldo de Madrid”, y hasta algunas veces “El Socialista”.
Álvarez Cerón había heredado del alemán Kugelman, cuando éste se marchó de Pontevedra, la gran habitación que él había ocupado en el hotel [Méndez Núñez, sito en la calle Oliva, 34, hoy desaparecido] y había arreglado a su gusto. En las dos paredes laterales había hecho construir el alemán unas estanterías que llegaban hasta el techo; las tenía abarrotadas de libros en francés, inglés, alemán y español, los cuales dejó también en herencia el generoso y original alemán a mi compañero. Aquellos libros, salvo los escritos en alemán, idioma que desconozco por completo, me proporcionaron sabrosa lectura durante mucho tiempo. Un gran tablero de pino sin pintar, pegado a la pared, ocupaba el fondo del cuarto. Sobre él había colocado Álvarez Cerón un enorme aparato receptor de radio, con muchos mandos, dos altavoces de aquellos antiguos de bocina, acumuladores, pilas y rollos de cables, etc. Álvarez Cerón ocupaba en el hotel otra habitación en la que dormía; esta otra grande la dedicaba a sala de lectura y a actividades radiofónicas.
Hotel Méndez Núñez de Pontevedra |
El primer día que entré en aquella estancia quedé admirado ante el complicado receptor de radio, el primero que veía. Álvarez Cerón se extendió en explicaciones sobre su manejo, consultó su reloj, esperó unos minutos, empezó a tocar botones y manecillas, a hacer girar la antena de cuadro que estaba sobre la mesa, haciendo cada movimiento con seriedad y delicadeza sumas, como si se tratase de un difícil y peligroso experimento científico. Después de una serie de rugidos y aullidos que salían del altavoz, sonaron pausadas y solemnes las campanadas del Big-Ben londinense. Confieso que sentí una gran emoción al oírlas. Dándose cuenta de ello, me dijo Cerón, muy satisfecho, llenándose la boca con la palabreja, señalando el receptor:
—Es un superheterodino. Un «Vitus» francés. Lo mejor que se ha fabricado hasta ahora.
Me dejó que digiriese bien la frase,y continuó:
—Por cierto que he hablado con Caruncho y hemos escrito a la casa «Vitus» pidiéndole la representación para Galicia . Por supuesto, contamos contigo como tercer socio a partes iguales.
Receptor Vitus |
Y así nació la sociedad «Las tres Ces»: Caruncho, Cerón (todos lo llamaban por su segundo apellido), Cordón. “Vitus” nos concedió enseguida la representación [la obtienen en octubre de 1924 y el primer anuncio del 25/10/1924 que se publica en la prensa local de Pontevedra, indicaba como razón la sastrería El Globo en Calle de la Oliva, 4, en cuyo escaparate se exhibieron los aparatos y accesorios. Este establecimiento estaba muy comprometido con la difusión de la cultura, contribuyendo mas tarde a la financiación de la publicación Cristal. El 29/10/1924, con el nombre de “Industrias radioeléctricas” y con domicilio en la Calle de la Oliva, 34, correspondiente al Hotel Méndez Núñez, aparece el primer anuncio]. Ni Cerón ni yo teníamos una peseta para meternos en negocios, pero Caruncho era hombre acomodado, incluso tenía automóvil, lo que en aquel tiempo era un lujo, y ello contribuyó a que nos abrieran un crédito en la “Banca Riestra”, en condiciones no del todo malas. Vendimos muchos aparatos, hasta el extremo de que “Vitus” nos invitó a ir a Madrid como representantes suyos en una exposición de casas comerciales de radio que se celebraba en la capital [Exposición General de la T.S.H., el cinema y la electricidad que se celebró en diciembre de 1924 en el Palacio del Hielo de Madrid, siendo clausurado el 28/12/1924], por ser “sus mejores representantes en España”.
Pero con la sociedad no ganamos ni un real, porque la verdad es que como comerciantes éramos los tres una verdadera calamidad, sobre todo Cerón, “jefe de la sección de ventas”, como decíamos a los clientes. Además de los catálogos con los precios para el público, teníamos otro muy secreto en el que figuraban los que la casa nos hacía a nosotros. Pero, muy en secreto, tenía Cerón la debilidad de enseñarlo a alguno de los amigos compradores efectivos o en potencia; éstos se lo decían a otros confidencialmente y todos acababan llevándose el aparato por el precio que nos había costado. Pero como, además, a fuerza de ruegos, conseguían frecuentemente que Cerón les regalase las pilas y los acumuladores, y hasta el altavoz en algunos casos, y les perdonaba los gastos de instalación de la antena en otros, había aparato que a nosotros nos resultaba carísimo venderlo. Otras veces, Cerón, con su «tecnicismo radiofónico» espantaba a algún cliente que ya teníamos maduro para la compra Caruncho o yo. Recuerdo el caso de un cura muy pesado que había venido varias veces a visitarnos. Desde el primer momento nos dimos cuenta de que no compraría un superheterodino, porque era muy caro para él. Ya lo teníamos convencido de que un aparato mucho más barato, el tipo “Francia” [Debe referirse al modelo “Europa”, puesto que no he encontrado ningún modelo de Vitus denominado “Francia”] de 4 lámparas era tan bueno como el caro (habíamos tenido la suerte de que en una prueba se oyese muy bien).
—Ya lo ha oído usted mismo. Suena lo mismo que el superheterodino.
—Bueno –intervino Cerón, estropeando el asunto– alguna vez suena como el superheterodino, pero es un aparato muy poco sensible, y como no se den todas las condiciones meteorológicas favorables o se queda mudo o se oye con dificultad porque recoge todos los parásitos.
Y, claro, el cura se marchó sin comprar aquel aparato con parásitos, pensando quizás que estaba lleno de pulgas o piojos meteorológicos más o menos acústicos.
Cuando al ser disuelto por primera vez el Cuerpo de Artillería (hecho a que me referiré más tarde) [ Ocurrió el 15/09/1926] hubimos de liquidar el último crédito, resultó que la sociedad tenía que abonar unos miles de pesetas, que pagó Caruncho, porque era el único que las tenía.[...]
[...] Como regalo de Año Nuevo, por eso recuerdo la fecha, el 31 de diciembre publicó Primo de Rivera otro decreto en el que daba por extinguidas todas las condenas y responsabilidades judiciales de los artilleros [31/12/1926]. Álvarez Cerón y Caruncho, puestos en libertad, abandonaron también el 15º Ligero definitivamente, pues fueron destinados uno a Larache, (Álvarez Cerón) [29/03/1927] y el otro a Barbastro (Caruncho). Así quedó disuelta para in eternum la sociedad de “las 3 Ces”. Pero pronto habríamos de encontrarnos otra vez los tres en Madrid.[...]».
La disolución del Cuerpo de artilleros a que se refiere Cordón fue consecuencia de la rebelión de estos contra disposiciones decretadas por el gobierno relativo a los ascensos por méritos militares, mecanismo que no aceptaba ese arma al defender el criterio de antigüedad (escala cerrada) como único determinante para la consecución de los mismos.
Cordón habla también en su libro acerca del destierro que sufrió en Arbo como castigo después de ser expulsado del Cuerpo artillero, entre octubre y noviembre de 1926:
«[...]Pero la visita más grata para mí fue la del antiguo montador de antenas de la sociedad de «las tres Ces» a la que ya me he referido. [Esto ocurriría en octubre 1926] Trajo consigo todo lo necesario para montar en mi alojamiento una antena y dos radiorreceptores, uno de una lámpara [Vitus “mono baby”] y otro de seis [Debió tratarse del Vitus “Súper mondial” (1925)]. Había sacado los aparatos y el material del depósito que la sociedad tenía en el hotel [Méndez Núñez]. Montó la antena, hizo la instalación y se negó en absoluto a admitir que le pagara nada... ni siquiera los gastos de viaje. Dijo, creo que mintiendo para que me quedara tranquilo, que el viaje se lo habían pagado unos amigos, pero guardando en el misterio cuáles. (Si Juan, que así se llamaba, vive todavía, me gustaría que leyese estas líneas y viera a través de ellas que los 38 años transcurridos desde entonces, y tan llenos de acontecimientos, no han borrado en mí el recuerdo de aquel generoso rasgo suyo). [...]"».
«[...] Yo seguí escuchando la radio por el aparato de una lámpara y con auriculares pues con él no funcionaba el altavoz; el aparato era una cajita con una lámpara encima y una puertecita en una de las caras; abriendo más o menos esa puertecita se captaban las estaciones. Las emisiones de París y Madrid las oía muy bien.[...]».
Vitus Mono Baby |
A primeros de noviembre se levantó el castigo a Cordón, siendo destinado a Vitoria y un mes después fue readmitido en la Escuela de Guerra, a la que se incorporó en enero de 1927.
El 7 de febrero de 1924 se procedió a la instalación en el Gobierno Civil de Pontevedra de una estación receptora de radiotelefonía, operación que fue dirigida por el capitán de artillería Julio Álvarez Cerón y el de la Guardia Civil de Vilagarcía de Arousa, José Blanco Novo «[...] que tiene una instalada en su domicilio particular, ya hace tiempo. [...] La nueva estación, permitirá oír conciertos, conferencias, señales, etcétera en toda Europa, y aún a mayores distancias. A las siete de la tarde se oirán los conciertos de la Torre Eifel de París». A lo que añadió el diario El Progreso «[...] así como todas aquellas noticias o informaciones que se cursen desde Francia o Inglaterra y, con este motivo, todos los de las estaciones españolas. [...]». Por las notas de prensa que se publicaron sabemos que la antena que se instaló entonces iba desde el torreón del nuevo Instituto hasta la esquina del mismo que da a la Gran Vía (hoy Avda. de Montero Rios), formando una V horizontal, cuyo vértice llegaba hasta la claraboya central del edificio de la Diputación Provincial, donde estaba ubicado el Gobierno Civil. Después de establecerse el aparato de radio, se oyeron dos conciertos, uno en París y otro en Londres. Era Gobernador Civil de la provincia, el también Comandante Militar de la plaza, Manuel Junquera Guerra, en cuyo despacho quedó ubicado el receptor. Junquera se había hecho cargo del mando del 15º Regimiento de Artillería Ligera, de guarnición en Pontevedra, en junio de 1923 por lo que había sido superior jerárquico, en el mismo cuerpo, del capitán Julio Álvarez Cerón.
Edificios de la Diputación e Instituto de Pontevedra |
Al día siguiente de publicarse esta noticia, El Pueblo Gallego, incluyó la siguiente nota en la sección local de Vilagarcía de Arousa:
«La espléndida instalación que tenía montada D. José Pumariño, en su domicilio, va a ser instalada en el Gobierno Civil de la provincia.
El señor Pumariño, que es un “amateur” inteligente, espera estos días un nuevo aparato radiotelefónico, muy potente».
La revista Ondas publicaba el 10 de enero de 1926 la relación de nuevos delegados nombrados por la Unión de Radioyentes, entre los que figura el de Pontecvedra, Julio Álvarez Cerón , Capitán de Artillería.
Julio Álvarez Cerón abandonaría Pontevedra al ser destinado a Larache, Protectorado Español en Marruecos, en marzo de 1927. Es probable que si vendió a los hermanos Vázquez Lescaille una primera emisora a pilas, como sostiene Rafael Landín en su libro, Pontevedra de aquella, lo hiciese en el momento de su marcha, pudiendo así dar comienzo las pruebas y ensayos con este aparato que habría realizado Enrique Vázquez, dando origen a su interés por la radio y la introducción de la misma en el negocio familiar, primero con la venta de receptores y mas tarde con la construcción de las emisora de broadcasting.
El 12 de febrero de 1931 un Real Decreto del Ministerio de la Gobernación nombraba Jefe Director del Parque Móvil de la Policía Gubernativa a Julio Álvarez Cerón, Comandante de Artillería e ingeniero industrial.
Julio Álvarez Cerón, ingeniero director de los servicios de radiotelegrafía y radiotelefonía en la Dirección General de Seguridad, fue designado el 11 de septiembre de 1932 delegado del gobierno en las Conferencias Telegráfica y Radiotelegráfica que se celebraban en ese momento en Madrid.
Refiriéndose al año 1932 Antonio Cordón escribía en sus memorias:
[...] La tertulia se había reforzado con nuevos elementos, fijos y transeúntes. Entre los primeros figuraba Julio Álvarez Cerón, ya desde hacía tres o cuatro años comandante y al que le había sido asignado un destino especial y muy codiciado: el de director del Parque de Automóviles de la Policía, que era también centro de experiencias radiofónicas y radiotelegráficas, lo que, aparte las ventajas económicas y de toda índole que representaba, satisfacía los gustos acústicos de mi compañero.[...]" .
Por Decreto del Ministerio de Gobernación publicado en la Gaceta de Madrid el 17 de febrero de 1933, es nombrado Ingeniero director de los servicios de automovilismo y radiotelegrafía de la Dirección General de Seguridad.
En febrero 1934 como consecuencia de los cambios llevados a cabo por el Gobierno en el Ministerio de la Gobernación se crea de una sección especial de radio dependiente de la Dirección General de Seguridad, a la que quedan adscritos los servicios de radio dependientes del Ministerio de la Gobernación (Seguridad y Guardia Civil). Julio Álvarez Cerón fue su Jefe y José Blanco Novo, primer radioaficionado gallego, ex-EAR-28, EA4BQ, el Subjefe.
Servicios de automovilismo y radiotelegrafía de la Dirección General de Seguridad. |
El 9 de abril de 1935 la Agrupación Castellana EAR celebró su Junta en el Paseo de Recoletos nombrando Socios de Honor al director General de Telecomunicación y a Julio Alvarez Cerón.
Después de participar en la Guerra Civil, donde desempeñó varios puestos de responsabilidad en el gobierno republicano, permaneció como exiliado en Francia hasta el 19 de mayo de 1940, cuando viaja acogido a Colombia, donde desarrolló una labor muy destacada en la Universidad de Santander.
En su currículum cabe destacar:
a) Estudio de la red telemétrica de la Plaza Fuerte Costera de Tenerife, Islas Canarias.
b) Estudios de artillado de las Costas de Galicia.
c) Ingeniero en el Taller de Precisión y Centro Electrotécnico de Artillería de Madrid.
d) Ingeniero en la fábrica de automóviles hispano-suiza de Barcelona. Participó en el proyecto de fabricación de un tipo de camión militar para el ejército español.
e) Reorganización del servicio automovilístico en la campaña de Marruecos.
f) Investigaciones de radioelectricidad en el Instituto Rockefeller de Madrid (inaugurado en 1932)
g) Jefe de Talleres del Parque de Artillería de Larache, Marruecos español.
h) Estudios e investigaciones en metalografía en la Escuela Superior de Mecánica, Electricidad y Fundición de París,
i) Ingeniero Director de los servicios de automovilismo y radiotelegrafía del Ministerio de la Gobernación y de la Dirección General de Seguridad Española.
j) Organizador del automovilismo civil del Estado e instalación de una completa red de onda corta para la policía, trabajo que le mereció una distinción en el Congreso Internacional de Radiotelegrafía de Berlín en 1935.
k) Presidente del Comité Nacional de Auto-transporte.
l) Director General de Transportes de España.
m) Director General de los Servicios de Retaguardia y Transportes en la Guerra Civil Española.
Julio Álvarez Cerón falleció en Bucaramanga en 1968.
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