Autor: Tomás Manuel Abeigón Vidal
Pontevedra
Así comienza la introducción del libro titulado La Telegrafía sin hilos, de los jefes de la Armada española, Ramón Estrada Catoira y Eugenio Agacino Martínez, segundo libro español sobre radio publicado en 1904:
"[...] Muchas han sido las tentativas que desde tiempos ya relativamente lejanos se han hecho para telegrafiar sin alambre de enlace, algunas de las cuales han tenido éxito satisfactorio, al menos para cortas distancias .
El primero que vislumbró la posibilidad de este problema, fue un español, el eminente físico [Francisco] Salvá [Campillo] [...] ... [...] En una memoria leída el 16 de Diciembre de 1795 ante la Academia de Ciencias de Barcelona, se expresaba así el Sr. Salvá:
«Si los temblores de tierra los causa la electricidad que pasa de un punto cargado positivamente a otro con carga negativa, como lo ha demostrado Bertolón en su "Electricité des Meteores", no sería preciso ni aun cable para comunicar a través del mar. Bastaría, por ejemplo, disponer en Mallorca un trozo de superficie terrestre cargado de electricidad, y en Alicante otro terreno análogo cargado de electricidad opuesta, con un alambre hasta el mar y sumergido en él. Llevando otro alambre desde el mar en Mallorca hasta el sitio electrizado, se completa la comunicación de las dos superficies cargadas, pues el fluido eléctrico atravesaría el mar, que es un conductor excelente, e indicaría, por las chispas, la señal deseada»"
Tal como se ha apuntado en alguna ocasión, el propio Marconi podría haberse inspirado en los trabajos de Salvá para idear su sistema de telegrafía sin hilos.
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